La misericordia y la bondad, muchas veces no se merecen por lo general se dan de gracia, Dios fue el primero en mostrar su bondad hacia nosotros, esta es la única forma de haber sido salvos, su amor, su cuidado, etc., nos brindaron protección, ahora es lo que Él pide de nosotros, para los otros.
Jonás no quería ir a Nínive, no porque tuviera miedo de que lo agredieran por compartir el mensaje de Dios, ni mucho menos porque no tuviera los recursos para viajar a Nínive, tampoco porque tuviera mucho trabajo o una familia que atender, simplemente lo hacía porque conocía a Dios, ¿Qué?¡
Si, Jonás conocía a Dios, y sabia que es clemente y piadoso, tardo en enojarse, de gran misericordia y que se arrepiente del mal; todo lo contrario a lo que era Jonás, el profeta quería que Dios destruyera Nínive, quería que pagaran su maldad, que perecieran. Se olvido de la misericordia que Dios tuvo con él cuando desobedeció y fue echado al mar, dado que en primera instancia no murió por su desobediencia, además no se ahogo en el mar, no fue comido por el pez, sino que fue depositado en tierra; la clemencia y la piedad que Jonás había experimentado no la quería compartir.
Se enojo a tal grado por la misericordia de Jehová hacia Nínive (no por la misericordia que el experimento) que pedía la muerte, la insensibilidad, de Jonás lo deshumanizo completamente.
Pero de pronto, Jonás dio visos de humanidad cuando se enojo hasta la muerte porque a alguien que no fuera él le había pasado algo y había muerto, ¿el profeta estaba reaccionado?
Todo pareciera indicar que si, el único problema es que fue por una calabacera que nunca planto, que no rego, que no cuido y no por las 120 mil personas que había en Nínive, personas que habían sido creadas, cuidadas y amadas por Dios.
Debo confesar que he leído esta historia más de 20 veces (sin exagerar, ni por levantarme el ego, sino mas bien con pena, por la siguiente explicación) y me he dado cuenta que muchas veces en lugar de comportarme como un Cristiano (como Cristo lo hubiera hecho), me he comportado como un “jonanita” y he despreciado las almas y me he enojado porque los malos son librados y mis “calabaceras” perecen.
La historia de Jonás termino ahí, no sabemos mas, mi historia Dios mediante seguirá, pero diferente y si tu lees o escuchas esto, tienes tiempo de cambiar tu historia y añadir algo mas, que le pongas es tu decisión.
