Versiculo del dia

Mateo 11:12 "Desde los dias de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos sufre violencia, y los violentos lo arrebantan." Reina-Valera 1960 Mateo 11:12 "Desde los dias de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos ha venido avanzando contra viento y marea, y los que se esfuerzan logran aferrarse a él." Nueva Version Internacional Mateo 11:12 "Desde los días del ministerio de Juan el Bautista hasta hoy, se ha hecho violencia al reino de los cielos, y los violentos tratan de arrebatarlo. Version Castilian Mateo 11:12 "Y desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos sufre violencia, y los violentos lo conquistan por la fuerza. Biblia de las Americas Mateo 11:12 "Desde que Juan el Bautista comenzó a predicar hasta ahora, el reino de Dios ha sido atacado con furia por gente violenta que trata de destruirlo" Version Lenguaje Sencillo Mateo 11:12 "Desde que vino Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos sufre violencia,[e] y los que usan la fuerza pretenden acabar con él" Version Dios Habla Hoy

lunes, 22 de marzo de 2010

Pasion

Ezequiel 24:15-19


Ezequiel era un gran siervo de Dios, tenía una gran comunicación El y diario recibía su palabra.

Pero ese día no quería levantarse de la cama para orar, estaba contemplando a su bella y amada esposa, pero aun así lo hizo, tenía un primer amor antes que su esposa; pero ese fue el día que recibió esa noticia, la noticia:

Ezequiel 24:15-17 “Voy a quitarte de un solo golpe a la persona que tú más quieres. Pero no te lamentes ni llores; no derrames lágrimas. 17 Sufre en silencio y no guardes luto como se hace por los muertos. No andes con la cabeza descubierta ni vayas descalzo; no te cubras la cara en señal de dolor ni comas el pan que se come en tales casos."

Por cierto el Señor le dijo: “Es para enseñar al pueblo, ahora vete y da la palabra que di para que enseñaras hoy al pueblo”. Además la instrucción fue clara: no llores, ni hagas lamento, ni te comportes como si alguien hubiera muerto.

La cabeza de Ezequiel se nublo y solo podía recordar la imagen de su esposa acostada, no quería dejarla ir y si tenía que suceder quería estar todo el día con ella.

Parecía que Ezequiel se quedaría congelado en su aposento no quería perder la imagen de su esposa…

… pero de pronto apareció algo más fuerte que esa imagen, algo que no nacía de su imaginario, sino que salía de su corazón; aparecía la gloria de Dios, aparecía ese día que lo había llamado, ese día que oyó su voz, entonces la pasión que ardía en el corazón de Ezequiel borro la imagen de su esposa y se para intempestivamente.

Beso a su esposa y salió, salió así sin decir nada, sin despertarla, sin siquiera decir adiós.

La palabra de Dios fue predicada todo el día, el propósito por el cual Ezequiel fue enviado estaba cumplido.

Con el sol cayendo y bañando el pueblo llego a casa y vio como su esposa seguía “dormida”, esperando al Mesías del que su esposo le compartió y a quien el mismo esperaba, por lo tanto no lloro, sino que siguió con su vida, esperando la palabra que se debía predicar al día siguiente y esperando a su Mesías.

Esto es pasión, una palabra que no se habla, sino que se vive.

sábado, 20 de marzo de 2010

Avivamiento

¿Por qué no hay avivamiento?

Creo que este título lo he visto en mas de algún libro y también en varias predicaciones y nunca me ha gustado siempre lo asocio con gritería y con critica, pero en la palabra hay un punto muy claro que responde esta pregunta y nos lleva a cuestionar nuestro andar y nuestra posición ante Dios;

2 de Timoteo 1:6 “Por eso te aconsejo que avives el fuego del don de Dios que está en ti por la imposición de mis manos”

Cuando esperamos un avivamiento siempre esperamos que Dios sea el que obra y muchas veces pareciera que esperamos otro día de Pentecostés (que por cierto no se va a volver a dar, ese fue un momento especifico para un tiempo especifico y si nos sentamos esperando a que Dios repita lo que a nosotros nos gusta, es como tener un Dios en una lámpara y eso se llama genio y no existen), esperamos que el sea que quien haga todo y creemos que orando y ayunando (que siempre es vital para cualquier batalla y acercarnos más a Dios) todo va a suceder, cuando el avivamiento está en nuestras manos.

Avivar es volver a encender y en Dios esto aplica en dejar entrar a Cristo y que El mueva libremente todo lo que se le antoje de nuestras vidas y que destruya ese aburguesamiento en el que cae nuestro corazón con el paso del tiempo, ya que comenzamos a creernos parte de la realeza del cristianismo y olvidamos que en esto el que pertenece a la realeza limpia pies y muere en la cruz, además de que por sí solo puede resucitar de entre los muertos.

El avivamiento no llega con diez horas de rodillas y con grandes “servicios de avivamiento”, sino que llega cuando el pueblo: ora, adora, ayuna, lee la palabra, estudia la palabra, vive la palabra, da testimonio fuera de las cuatro paredes; el avivamiento entra cuando limpiamos nuestro corazón y nos postramos delante de Dios y nos humillamos quitando el viejo carbón que una vez estuvo encendido y colocamos todo de nuevo para entre Dios y nosotros, pongamos todo de nuevo, paso a paso.

El avivamiento llega cuando nosotros queremos encender de nuevo la fogata.

El don viene de Dios, pero Pablo fue claro y no dijo; “ora y espera que Dios lo avive”.

Es personal y por eso Dios hizo personas y no clones.

sábado, 13 de marzo de 2010

Todos, son todos

Jesús se fajo la toalla y preparo todo para lavar los pies de sus discípulos, la escena debió ser tremenda; en mi imaginación veo a mi Señor y a once hombres en la mesa.

En esta mesa hay de todo; ya que empieza a lavar los pies y algunos ni las sandalias se quitan, esperan que el servicio sea completo; otros se apenan pero se callan, Juan disfruta el momento, pero de pronto sale el valiente de Pedrito, Juan 13:8 “Pedro le dijo: No me lavaras los pies jamás, Jesús le respondió; si no te lavare, no tendrás parte conmigo. Le dijo Simón Pedro; Señor, no solo mis pies, sino también las manos y la cabeza”.

Pedro, no tenía intención de dejarse lavar, pero menos aun de no entrar al cielo.

Mi escena se ha completado, ha terminado con los once, pero su escena
(de Jesús), no ha terminado.

El sigue tan campante y se acerca con el doceavo en la mesa, hace lo mismo: toma sus pies, los empieza a lavar y los seca con mucho amor, no hizo nada especial con él, ni lo hizo menos que a nadie, el era otro de los suyos, el era otro que había caminado con él, el era Judas.

Que chiste tiene Juan 11:27-28

Los sentimientos y las pruebas son tan naturales y tan comunes que Jesús los tuvo para demostrarnos como debemos pasarlas.

La muerte le rondaba poco a poco, su alma se empezaba a turbar y no era para menos, ha sido la única persona que sabia el día y la hora de su muerte y además el modo de la misma y esto no era de lo más agradable ya que no le esperaba una cama rodeada de sus familiares con toda paz y tranquilidad.

Pero lo peor era que podía salirse por la tangente, no había hecho nada y podía volver con su padre en el momento que lo deseara, cualquier medio que escogiera no sonaría a pretexto él era completamente libre y nadie podía forzarlo a nada.

El no era como nosotros que teniendo que hacer algo no lo hacemos y nos libramos de nuestras responsabilidades tan fácilmente.

En la tierra los que lo rodeaban no entendían, pero en el cielo había silencio, los carros y legiones de ángeles estaban listos para bajar por su rey, es mas ellos nunca entendieron el porqué bajaba, esperaban una señal del padre para correr y matar a todos los enemigos especialmente a Judas y a ese sumo sacerdote.

Pero el Padre no se inmuto, parecía que no oía lo que pasaba en la tierra, no estaba trazando un nuevo plan ante el sufrimiento de su hijo.

Y de pronto en la tierra hubo ocho palabras que no hicieron eco entre los hombres, pero que retumbaron en el universo: Juan 12:27-28 “Mas para esto he llegado a esta hora. Padre glorifica tu nombre.

Entonces vino una voz del cielo: Lo he glorificado y lo glorificare otra vez.

Los ángeles entonces comprendieron el silesio del padre, El sabia lo que había en el corazón de su hijo y aunque le dolía, estaba esperando solamente el momento en que Jesús determinara lo mejor para respaldarlo.

En cambio nosotros hemos caminado con él, hemos corrido para él, y en el momento de decidir muchas veces lo hacemos mal. ¿?

viernes, 12 de marzo de 2010

Hay que “enseñarle” a Jesús, a hacer las cosas

Hay que “enseñarle” a Jesús, a hacer las cosas

Juan 5:15 “Pero entendiendo Jesús que iban a venir para apoderarse de él y hacerle rey, volvió a retirarse al monte él solo”

Jesús ya ni la amuela, debió caminar para el otro lado, se hubiera podido hacer rey; rey de un reino corruptible, pasajero y terrenal, pero rey al fin y al cabo; hubiera contradicho a su padre y hubiera hecho su voluntad por encima de la del padre, pero rey al fin y al cabo; no tendría que haber muerto en una cruz y así no darnos salvación, pero rey al fin y al cabo.

Si en realidad conocemos a Cristo esto suena totalmente hueco y sin sentido, si él hubiera ido al lado contrario del monte, hubiera obtenida más de lo que obtuvo en esta tierra, hubiera obtenido su verdadero merecido y nosotros el nuestro, él rey y nosotros muertos; pero el decidió huir de la gloria y la exaltación, para correr tras la humillación y la cruz; y aunque como cristianos se supone que estamos tras la cruz y la humillación, pareciera que nosotros si “recapacitamos y corrimos al otro lado, enseñándole a Jesús lo que debió haber hecho”.