Versiculo del dia

Mateo 11:12 "Desde los dias de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos sufre violencia, y los violentos lo arrebantan." Reina-Valera 1960 Mateo 11:12 "Desde los dias de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos ha venido avanzando contra viento y marea, y los que se esfuerzan logran aferrarse a él." Nueva Version Internacional Mateo 11:12 "Desde los días del ministerio de Juan el Bautista hasta hoy, se ha hecho violencia al reino de los cielos, y los violentos tratan de arrebatarlo. Version Castilian Mateo 11:12 "Y desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos sufre violencia, y los violentos lo conquistan por la fuerza. Biblia de las Americas Mateo 11:12 "Desde que Juan el Bautista comenzó a predicar hasta ahora, el reino de Dios ha sido atacado con furia por gente violenta que trata de destruirlo" Version Lenguaje Sencillo Mateo 11:12 "Desde que vino Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos sufre violencia,[e] y los que usan la fuerza pretenden acabar con él" Version Dios Habla Hoy

miércoles, 29 de septiembre de 2010

La decisión en personal

Los que si saben decidir...

El pueblo de Judá se encontraba en una encrucijada, uno de sus líderes había matado al jefe que les había impuesto el rey de Babilonia y ahora se encontraban en la disyuntiva entre volver a Judá y esperar el castigo del rey o escapar a Egipto.
En esta ocasión por primera vez el pueblo rebelde toma una buena decisión y se apresuran a ir con Jeremías y le dicen “estamos a la mitad del camino, pregúntale a Dios a donde debemos ir”; Jeremías no lo podía creer el pueblo insensible y terco estaba haciendo las cosas bien por lo tanto Jeremías fue corriendo ante Dios y le pregunto.
Pero la respuesta no llego inmediatamente, y el pueblo como buenos hijos de Dios se esperó para actuar “sabiamente y prudentemente”.
Paso un día, dos, tres, cuatro… y nada Jeremías no lo podía creer nadie lo presionaba y lo dejaban ser, todos lo saludaban alegremente y le sonreían; cuando de pronto al decimo día, Dios le manda a hablar a Jeremías y el corre apresurado por la respuesta: “Dile al pueblo que se regrese a la tierra de Judá esta es la tierra que yo les di y Egipto solo es volver a su antigua vida, pero nadie te va a hacer caso, te enviaron a preguntar esperando que la respuesta fuera la decisión que ya tenían tomada, por lo tanto la muerte y la destrucción los alcanzara”.
Y así fue el pueblo no oyó lo que quiso y su máscara de hijos de Dios se vino abajo, y corrieron hacia su propia destrucción.
Las ordenes de Dios son claras y palpitan en nuestras vidas, cumplirlas o no es nuestra decisión, por lo tanto seamos consientes de que es lo que hablamos con Dios, el no es hombre para mentir, ni hijo de hombre para arrepentirse.
Y los que salieron bien librados en medio de todos estos embrollos fueron dos hombres: Ebedmelec el etíope y Nabucodonosor el babilonio, ninguno del pueblo santo.

No lo pidas

Solo pensamientos de bien...


Baruc servía a Dios en todo momento, soporto y se enfrento a varias adversidades con tal de servir a Dios, pero cada día los infortunios aumentaban y parecían no tener fin, pero Dios como siempre tiene pensamientos de bien y no de mal para nosotros, le dijo a Baruc que no buscara obtener grandes cosas que todo seria destruido, pero que su vida le seria respetada en todo lugar.
Como vemos las riquezas, el poder o las grandes posiciones no siempre son los grandes pensamientos de bien que tiene Dios para nosotros; y es lo mismo que pasaba con las adoradoras de la reina del cielo, pues a ellas les "iba mejor" cuando se rendían ante ella, le presentaban sus ofrendas y le quemaban incienso, tenían libertad, riquezas y no conocían las calamidades, aunque el precio de estar “bien” y en “mejores condiciones”, era la perdición eterna de su alma.
¿Pedir riquezas y lo que nosotros anhelamos es siempre lo que debemos pedir?
(Jer 45:5 NVI) “¿Buscas grandes cosas para ti? No las pidas, porque voy a provocar una desgracia sobre toda la gente, pero a ti te concederé la posibilidad de conservar la vida dondequiera que vayas afirma el Señor. Ése será tu botín.”

viernes, 24 de septiembre de 2010

Nuestro objetivo

La Santidad

Dios fue muy claro cuando nos marco el parámetro a seguir: (1Pe 1:15- 16 NVI) “Más bien, sean ustedes santos en todo lo que hagan, como también es santo quien los llamó; pues está escrito: "Sean santos, porque yo soy santo."
Oír las siguientes palabras es un gran reto: el amor, la gracia, la misericordia, la fe y la santidad, son palabra que por sí solas pueden retumbar en nuestras mentes, que podemos hacer grandes cosas con tan solo una de esta palabras, pero como cristianos ya no podemos separar una de la otra.
Por gracia somos salvos, es un favor inmerecido que ha sido depositado sobre nuestras vidas, por esta misma gracia tenemos el amor del creador del universo de aquél que atiende los movimientos de los planetas, que nos regala todo el aire que queramos y que también cuando le decimos Abba Padre, voltea nos ve y nos dice ¡te amo hijito!.
Ese amor hace que la misericordia este sobre nosotros, pues aún seguimos pecando y renegamos a veces de nuestro padre que es muy grande en amor y muy lento para la ira y que pone su misericordia sobre nosotros para dejarnos ver la luz un día más, es un padre tan cercano a nosotros que en todo momento está a nuestro lado, pero esto solo es posible si le creemos, si esperamos con certeza verlo, aunque no le veamos.
Todo esto nos lo regala Dios, su gracia, su amor, su misericordia y la fe, lo único que no puede darnos es la santidad, esa es una elección personal.
(Apo 4:8 NVI) Cada uno de ellos tenía seis alas y estaba cubierto de ojos, por arriba y por debajo de las alas. Y día y noche repetían sin cesar: "Santo, santo, santo es el Señor Dios Todopoderoso, el que era y que es y que ha de venir."
Los ángeles lo único que cantan es SANTO
Y por lo tanto a nosotros se nos recuerda: (Heb 12:14 RV2000) Seguid (perseguirla, buscarla) la paz con todos; y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor.

Seguir viene del griego dióko (1377) que significa PERSEGUIR

El amor, la gracia, la misericordia, la fe y la santidad, pueden retumbar en nuestras mentes y no salir, pueden perforar nuestros oídos, o tal vez hacer crecer nuestras emociones, pero si no los perseguimos, sino decidimos que sean palabras vivas en nuestras vidas, terminan siendo solo letras que matan y no palabras que traen vida y así no tienen ningún sentido.

domingo, 5 de septiembre de 2010

Campeón

Campeón
Me encanta el termino campeón, se los digo a los míos y espero un día decírselo a mis hijos, es más, yo soy un campeón.
En los capítulos 52 y 53 de Isaías entendemos precisamente el termino campeón:
Miren, mi siervo tendrá éxito; se le dará el más alto honor.(Isa 52:13 PDT)
Oigan esto: Mi siervo prosperará, Será enaltecido, levantado y en gran manera exaltado. (Isa 52:13 NBLH)
Lo único que se me ocurre que pueda seguir después de estos versículos es:
•Todos se humillaron ante Él
•Le dieron todos los reinos
•Todas las riquezas le fueron entregadas
•Castigo a los malos
•Y el gran culmen que todos esperaban, derroto a los romanos y restauro el poderío de Israel, mayor que el que tuvo el rey David.

Pero no Jesús tenía que ser un campeón eterno, un campeón incorruptible y la verdadera corona, el verdadero reino y las riquezas inmensurables solo se consiguen como Él las consiguió, el dio el paso para ponernos el ejemplo:
Así como muchos se horrorizaron con él, pues su semblante estaba tan desfigurado y su forma apenas era la de un ser humano. (Isa 52:14 PDT)

Las palabras de arriba no forman parte de ningún otro libro u otro capítulo, tan solo son la continuación, de la exaltación y la gloria del versículo 13, aquel que sería exaltado y coronado, debía pasar por eso y continúa:
Así también él asombrará a muchas naciones. Reyes se quedarán sin palabras por causa de él. Porque verán lo que no se les había dicho y entenderán lo que no escucharon.
¿Quién realmente creyó lo que oímos? ¿Quién vio en ello el gran poder del Señor? Él siempre estuvo cerca del Señor. Creció como una pequeña planta, como una raíz en tierra seca. No había en él hermosura o majestad como para que nos fijáramos en él. No había en él nada atrayente como para que nos gustara. La gente lo despreció y hasta sus amigos lo abandonaron; era un hombre lleno de dolores y conocedor del sufrimiento. Y como alguien a quien otros evitan, lo despreciamos y no pensamos que fuera alguien importante. Verdaderamente él soportó todos nuestros sufrimientos y cargó con nuestros dolores. Aunque nosotros pensamos que Dios lo había castigado, golpeado y afligido, en realidad él fue traspasado debido a nuestra rebeldía. Fue magullado por las maldades que nosotros hicimos. El castigo que él recibió hizo posible nuestro bienestar. Sus heridas nos hicieron sanar a nosotros. Todos nosotros nos habíamos perdido como ovejas. Cada uno agarró su propio camino. Pero el Señor cargó en él todo el castigo que nosotros merecíamos. Lo trataron cruelmente y lo torturaron, pero él se mantuvo humilde y no protestó. Permaneció en silencio, como cuando llevan a un cordero al matadero o como cuando una oveja guarda silencio ante los que la trasquilan. Después de que lo arrestaron y condenaron, se lo llevaron. ¿Y a quién le importó lo que le iba a pasar? Porque a él lo quitaron del mundo de los vivos. Lo mataron por los pecados de su pueblo. Lo enterraron al lado de criminales y en una tumba de ricos, aunque él nunca fue violento ni engañó a nadie. Pero el Señor se agradó de su humilde siervo, quien tanto sufrió. Después de ser ofrecido como sacrificio por el pecado, él verá a sus descendientes, alargará su existencia y la voluntad del Señor prosperará a través de él. Después de ese terrible sufrimiento, él verá la luz. Se sentirá satisfecho con todo lo que experimentó. «Mi siervo, que siempre hace lo justo, salvará a muchos, y cargará con el castigo que merecían las maldades de ellos. Por lo tanto, yo haré que esté al lado de los grandes, y que comparta el botín con los poderosos. Porque él se entregó voluntariamente a la muerte. Fue tratado como un criminal, pero en realidad el cargó sobre sí el castigo que muchos merecían. Ahora él está ante mí, intercediendo por los pecadores».
(Isa 53:1-12 PDT)

Jesús es un campeón, fue exaltado, prosperado y engrandecido, pero no olvido lo que implicaba esto y padeció todo esto para enseñarnos como ser campeones.
¿Seguimos siendo campeones?

campeón, na.
(Del it. campione, este del longobardo kamphio, paladín, este del germ. *kamp, campo de ejercicios militares, y este del lat. campus, llanura).
1. m. y f. Persona que obtiene la primacía en el campeonato.
2. m. y f. Persona que defiende esforzadamente una causa o doctrina.
3. m. Héroe famoso en armas.
4. m. Hombre que en los desafíos antiguos hacía campo y entraba en batalla.

El campeón es el paladín del campo, el que defiende con todo su ser, su alma y su fuerza, lo que cree y en quien cree, siempre tiene prestas sus armas para la batalla (la biblia y la oración) y entra en el campo de batalla cuando es necesario pelear por su rey.
El campeón es exaltado y tiene honra, a veces en la tierra, pero si en verdad somos campeones en Cristo, la corona de campeón será dada en la eternidad.