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Mateo 1-7
1 de febrero del 2010
Por algo
El unigénito de Dios, estaba por llegar a la tierra, el gran Salvador del mundo, estaba a punto de entrar en la cuenta regresiva para su muerte, cada segundo marcaria un paso más hacia la cruz.
La muerte lo perseguiría desde el nacimiento y muchas veces se presentaría de diversas maneras ante El.
¿Qué hacer, Dios es todopoderoso, y sabia que no podía depositarlo en cualquier hogar, sabia que no podía ponerlo simplemente en un canasto como a Moisés y sabia que tampoco lo podía dejar a los pies de alguno de los sacerdotes como a Samuel, este era su hijo.
Por lo tanto trabajo en alguien muy especial, trabajo en el descendiente de uno de sus mejores amigos, de alguien que tenía el corazón conforme a su corazón, José fue educado y enseñado para poder hacer algo mas, para poder correr la milla extra y para poder enfrentar la adversidad, pero sobre todo para poder oír y discernir la voz de Dios.
José trabajaba arduamente como carpintero, tenía su negocio propio y era un tipo conocido por todo el pueblo, pues era su carpintero y el, del linaje de David.
Aunque algunos le podían haber hecho burla por eso, le echaban en cara que donde había quedado la grandeza de su familia y cuando le llamaban “rey”, era más bien para mofarse, que para respetarlo; pero al seguía ahí, cayado y trabajando, pronto llegaría el día en que desposaría a María y nada le importaba más que esto.
Las salidas a pasear no eran de lo mas frecuente entre su sociedad, no importaba que ya estuvieran comprometidos, tenían que esperar si querían salir, por lo tanto, el día en que María, le llamo a José para hablar con ella, fue una gran sorpresa; José se presento puntual a la cita, nunca había podido hablar a solas con ella, por lo tanto fue con lo mejor que tenía.
Pero al llegar se percato que el único que estaba arreglado y contento era él, María tenía un brillo especial en su cara, pero no podía ver a José a los ojos, no podía levantar la cara, una cara que reflejaba paz, pero que estaba decaída.
José no pudo contener la ansiedad y soltó la pregunta: ¿Qué te pasa?
María no podía encontrar una explicación en la cabeza, algo que sonara lógico, algo que no hiciera que la apedrearan, pero de pronto solo salieron las palabras, como si alguien más las dijera: “Estoy embarazada del Espíritu Santo”; y aunque nunca lo vio enojarse ante nada, esperaba el exabrupto mas lógico de toda la humanidad, esperada que José la golpeara o que simplemente hiciera valer la ley, “cuando una mujer adultere, que muera apedreada”, (sin saber que un día su hijo lo aboliría).
Pero no, José había sido preparado para eso y más, la burlas constantes y los reproches que le hacían solo lo llevaban a buscar más a Dios, por lo tanto era justo (1342: equitativo, santo, inocente), y solo pudo besar su mano y salir sin decir palabra alguna.
Al momento de llegar a su casa solo pudo acostarse y meditar, sus ojos no podían cerrarse, estaba triste y se sentía abrumado y engañado y lo peor, María había metido a Dios en esto para querer tapar su error.
La opción que tenía no la quería tomar la amaba tanto que no podía dejar que la mataran, pero su dolor era tal que no podía volver a verla; su mejor opción era irse, dejar todo, dejar su carpintería, dejar su familia, las burlas, y dejar a María, de este modo sabia que lo podían acusar a el de mancillarla y huir, María se salvaría y él en un lugar donde no lo conocieran empezaría de nuevo.
Tomada la decisión se durmió y pero no pasaron ni cinco minutos cuando una visita cambio su vida: “José no temas recibir a María, porque lo que en ella es engendrado del Espíritu Santo es, y la llamaras Jesús y salvara al mundo, este es para que se cumpla la profecía que tú conoces, una virgen dará a luz a Emanuel”.
José no cuestiono, ni se lleno de dudas, desecho su planes, se caso con María, no tuvo sexo con ella hasta que nació el Mesías y cuido del niño que en un principio creyó que era su afrenta, pero que termino siendo su salvador.
Por algo fue escogido, EL SEÑOR sabía que no podía poner a su hijo en las manos de cualquiera, y por eso lo puso en las de José.
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