Obras coherentes

Obras coherentes
José de Arimatea, este señor era fariseo, de los que Jesús dijo “sepulcros blanqueados”, y además era un hombre rico, de los que Jesús dijo “es más fácil que entre un camello por el ojo de un alfiler que un rico al reino de los cielos”.
Este sí que era un enemigo de Cristo, estaba en el bando equivocado, debió haber sido de lo peor esta combinación era terrible y como nuestro juicio es mejor que el de la biblia deberíamos omitir este versículo, Lucas 23:50 “Había un varón llamado José, de Arimatea, ciudad de Judea, el cual era miembro del concilio, varón bueno y justo”.
Muchas veces nuestro juicio puede ser más rápido que nuestro cerebro y peor aun, que nuestro discernimiento espiritual, la biblia no regala adjetivos y mucho menos justo y bueno juntos.
Pero ¿por qué se los dio?, si conocemos la historia de la muerte de Jesús, recordaremos que este hombre hablo con Pilatos y puso una tumba nueva para depositar al Mesías, muchos podrán pensar que es por esto, pero no, ya que primero se hace mención de su bondad y justicia y luego se menciona sus actos, ya que si fuera por su obras se mencionaría así: José de Arimatea bajo a Jesús de la cruz y le regalo una tumba nueva y por esto es bueno y justo; pero no su mención como vimos es al revés.
Ya que por sus obra no fue justificado, sino porque el creyó en el Mesías, [Lucas 23:50 “Este (haciendo referencia a José), que también esperaba el reino de Dios, y no había consentido en el acuerdo ni en los hechos de ellos (haciendo referencia al concilio de los fariseos)]”, pero hizo todo esto ya que sus obras eran coherentes con su fe y así tienen valor tanto la fe en primero instancia como las obras.